Vas cojiendo pendejas en furgonetas cerca de los bares.
Los enanos de la noche se ríen de vos, y te joden con una rama.
Te pica la nariz y los bolsillos flaquean, no dan más.
Sos un hielo, el campeoncito de barrio pseudo-coqueto.
El espejo se te ríe y te mira con lástima, sabe que al fin de cuentas
sólo es reflejo tuyo...
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